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EL GRAN ELEFANTE DEL SENADO


Estos días se ha hablado mucho de Rita Barberá, la del caloré. Una persona que va a pasar a la historia de la política como la que no abandonó su escaño.


Barberá, hace un tiempo, ocupó el cargo de alcaldesa de Valencia, representando al Partido Popular. Durante ese tiempo han saltado numerosos casos de corrupción, blanqueo, etc. Uno de los casos más famosos fue el caso Rus, iniciado por la denuncia de Rosa Pérez, portavoz y vicepresidenta 4ª de la diputación de Valencia por Esquerra Unida del País Valenciá (EUPV), en dónde algunos cargos del ayuntamiento de Valencia se veían salpicados.


Después de éste vino el caso Taula, que inició el Tribunal Supremo y que investigaba el supuesto blanqueo de dinero en el ayuntamiento de Valencia. Aquí aparecía ya el nombre de Rita Barberá, quién no podía ser investigada por estar aforada. Esta investigación fue perdiendo paulatinamente el interés para los medios de comunicación hasta hace apenas dos semanas, cuando se produjo otra denuncia por supuesta corrupción en la alcaldía de Valencia.


Grupos de la oposición comenzaron a pedir que Rita renunciara a su acta de Senadora y abandonara el Senado. Pero ella, tan orgullosa, dijo que nadie la movería de su escaño, ya que legalmente le pertenece. En cambio, también sabemos nosotros que no quiere abandonar para que no sea investigada por el Tribunal Supremo y empiece a saltar toda la mugre que había en Valencia.


Hace unos días abandonó el grupo popular, gracias a la presión del PP, para incorporarse al grupo mixto, donde cobrará 2.300 euros más al mes. Por supuesto, esos 2.300 euros saldrán de nuestros bolsillos.


De todo esto se pueden sacar tres conclusiones:

  • El Senado es una cámara donde van a morir las “viejas glorias” de los diferentes partidos políticos. Un organismo que para muchos españoles no sirve para nada y que debería desaparecer, ya que supone una gran pérdida dinero.

  • Que Rita ya ha perdido la poca honra que tenía y que en otros países del mundo un caso de corrupción así supondría la destitución inmediata o renuncia de la propia persona al cargo.

  • Ningún político debe estar aforado. Supuestamente todos somos iguales a ojos de la justicia.

Rita para mí y para muchos españoles es la viva imagen de la política en España. Solo piensa en sus bolsillos en vez de en sus conciudadanos.


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