LAS CONSECUENCIAS DEL PODER
No sé si conocerán un programa que se llama “Al rincón de pensar”. Consiste en entrevistar de una forma íntima y personal a alguien famoso, con el propósito de conocer el lado más humano de la gente de moda.
De las decenas de entrevistas realizadas por el presentador del programa, Risto Mejide, destaca a mi modo de ver, la que se le hizo a Mario Conde. En esta misma entrevista se recoge una declaración estremecedora: “para que iba a robar si con 29 años tenía ya millones en el banco”. Ahora, tras el descubrimiento y la confirmación de que el ex-banquero se ha llevado dinero ilegalmente fuera de España, uno se pregunta porque alguien así roba. Alguien que lo tiene prácticamente todo, arriesga quedarse sin nada por poseer algo más. Alguien con una capacidad de la que apenas nadie goza, que detenta una inteligencia fuera de lo normal, capaz de alcanzar cualquier limite, capaz de capitanear uno de los bancos más importantes de Europa, se comporta como un delincuente.
Este caso no es comprensible, solo se puede entender encontrando el límite del egocentrismo, y hasta qué punto una persona puede llegar a ser capaz de verse a sí mismo como un Dios.