MI VIDA EN VALDEBEBAS
La gente piensa que la vida de un futbolista está llena de facilidades, que todo llega solo y que únicamente es cuestión de suerte. Pero no es así. Llevo 10 años dedicándome a jugar al fútbol profesional, y me gustaría contarles como es mí día a día, para intentar que comprendan mejor a los futbolistas.
Por suerte, tengo una gran familia que me ha inculcado muchos valores, mis familiares me han ayudado y me han apoyado en todo momento. Gracias a ellos consigo acercarme a mi sueño un poco más cada día. Aparte del fútbol me obligan a estudiar, para tener la seguridad de contar con unos estudios si las cosas se ponen mal.
Me levanto pronto y me hago cargo de mis hermanos pequeños; los llevo al colegio cuando mis padres no pueden, ya que trabajan de sol a sol para que a nosotros no nos falte de nada. Gracias a Dios, mis hermanos tienen el colegio cerca del mío. Son colegios concertados, para ser concretos.
Al mediodía salgo de clase y tras siete horas de estudio tengo que ir en bus corriendo a mi casa y comer lo más rápido posible, para que me dé tiempo a coger de nuevo el bus, el metro y el cercanías a las horas concretas, con el fin de llegar a tiempo a Valdebebas al entrenamiento. Los días que mis padres pueden llevarme como más tranquilo, y tengo 30 minutos de descanso (lo que dura el trayecto en coche).
Cuando llego, siempre saludo a la mujer que hay en recepción, pues es cuestión de ser amable. La pobre mujer se pasa horas aburrida, viendo la gente pasar. Me dirijo a mi taquilla dónde cojo mis chanclas y las zapatillas de gimnasio. En cinco minutos he de cambiarme para pasar bien la tarde. Tenemos trabajo propio cada uno, una rutina que debemos seguir, mediante la cual cada uno perfecciona sus cualidades y pule sus imperfecciones. Esta rutina dura aproximadamente una hora, es cansada pero satisfactoria. Terminamos el plan y vamos al vestuario de nuevo. Allí nos ponemos las botas, el cuerpo técnico nos explica en que va a consistir el entrenamiento y después bajamos al campo donde permanecemos dos horas. Tras terminar, estamos deseando ducharnos con agua calentita para poder descansar y relajarnos. Sin embargo todavía debemos completar una hora en el gimnasio, haciendo una serie de estiramientos y ejercicios de reparación.
Al fin, llega la hora de la ducha. Es cuando nos contamos nuestras hazañas, jugadas del entrenamiento, ejercicios y hablamos sobre nuestras novias, amigas y asuntos de la vida cotidiana, como programas de la tele…Después nos vestimos y nos vamos. El viaje de vuelta puede ser cómodo o incómodo, depende de si mis padres pueden venir a recogerme o no.
Llego a casa con ganas de cenar, hambriento después de todo el cansancio acumulado, ceno y estoy con mi familia hasta que me duermo sin querer. Las semanas de exámenes son diferentes, pues he de quedarme hasta las tantas estudiando, sin descansar apenas, para aprobar los exámenes y sacar las asignaturas adelante.
Como habréis podido observar la vida de un futbolista no es nada fácil. Al contrario, está llena de esfuerzo, sacrificio, constancia, actitud para lograr tu sueño. Y aunque hagas todo eso dependes en buena parte de la suerte, de estar en el momento adecuado en el sitio oportuno. Sin contar, claro está, lesiones, el poco tiempo que pasas junto a tu familia, junto a tu novia, el poco tiempo libre que tienes…
En conclusión, EL FÚTBOL NO ES FÁCIL, TODO LO CONTRARIO.
(Ismael Alvárez es jugador de la cantera del Real Madrid)